El Señor Yah-Jil dispone de una casa de lujo situada a las afueras de España. En ella trabaja el joven Alan, quien sirve todos los días a su dueño. En una calurosa tarde de primavera, Yah-Jil obliga a su sirvo a limpiar sus pies con la lengua. Los negocios han ido mal así que se relajará azotándole sobre la mesa como si fuese un simple objeto. Para finalizar le dará una buena mamada y follada sobre su criado y así ponerlo en su sitio.

No, aquí no verás películas en blanco y negro con Greta Garbo y Clark Cables. Ni siquiera ocurre en Marruecos, sino en París. Dos hombres árabes homosexuales, Adel y Samy, están muy enamorados. Chico joven es controlado y dirigido por su compañero mayor. Adel le mostrará lo bueno que es darle el culo a un hombre, uno real. Qué bueno es sentir una gran polla en el agujero. Ni siquiera necesita forzar al joven. El pequeño lo necesita. El chico lo quiere.